En el marco de la campaña de emergencia por la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 que estamos desarrollando la Associació Catalana per la Pau, la Associació Catalunya-Líban y la Associació Acció Internacional per la Pau – IAP Catalunya, damos apoyo en Colombia a una serie de acciones para prevenir el contagio de la enfermedad entre la población excombatiente y de zonas rurales.
La principal actividad es la fabricación de mascarillas que se va a llevar a cabo en diversos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) y que prevé beneficiar a alrededor de mil familias. En total, se van a producir 100.000 tapabocas que se repartirán entre las personas excombatientes, sus familias y miembros de la comunidad local, y también se usarán para la distribución externa. Concretamente, cada ETCR tendrá asignado un número de tapabocas a producir, de las cuales se destinará el 50% para uso en la propia comunidad y donaciones, mientras que el 50% restante irá a la comercialización, con la intención de que el proyecto pueda mantener un nivel constante de producción y ser sostenible a medio plazo.
Desde la Corporación Alterpaz, entidad socia sobre el terreno, nos cuentan que en estos momentos el proyecto se encuentra en su fase inicial, en pleno proceso logístico para la adquisición de las telas.
Otro punto importante de la campaña es la prevención y sensibilización. Se están facilitando charlas virtuales específicamente adaptadas a los contextos concretos de cada espacio y a la realidad sanitaria que se vive en estos territorios.
Las charlas abordan, entre otras cuestiones, las diferencias entre la Covid-19 y otras enfermedades presentes en la zona, como la malaria y el dengue. También se han diseñado y repartido folletos informativos. “La gente está siendo muy receptiva, porque la falta de información es grande”, explica Oneida Giraldo, responsable de coordinación y gestión de proyectos en Alterpaz.
Según el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR), no existen de momento casos registrados de Covid-19 dentro de los ETCR.
Los principales problemas que afrontan estos espacios en relación al coronavirus son, por un lado, la falta de instalaciones adecuadas de higiene y saneamiento y, por otro, el acceso a la atención sanitaria. “Todos estos elementos se agudizan en el caso de una emergencia de estas dimensiones”, remarca Lorena González, enlace técnico en Colombia de la Associació Catalana per la Pau.
Los proyectos productivos que se desarrollan en los ETCR se han visto retrasados o directamente paralizados desde el inicio de la emergencia, debido a las restricciones de movilidad y porque, especialmente en el área agrícola, no se está pudiendo realizar ningún tipo de acompañamiento técnico directo. Algunos de los proyectos han podido readaptarse más fácilmente con el enfoque hacia la prevención de la Covid-19, como es el caso de los de tipo textil, que ya disponían de la maquinaria necesaria para, por ejemplo, coser tapabocas o material sanitario.
Un tema muy preocupante es el incremento de la dificultad en el acceso a alimentos (según la FAO, la epidemia ha afectado al 87% del campesinado en Colombia) y el aumento de los desplazamientos por motivos de seguridad, ya que las amenazas y los asesinatos entre la población excombatiente no cesan. Además, en estos momentos, se da la circunstancia de que todavía no se ha producido por parte del Estado colombiano un reconocimiento de las Nuevas Áreas de Reincorporación (NAR), lo que agrava esta desprotección. Actualmente, existen 75 NAR en todo el territorio nacional.
La situación es, por tanto, compleja. Por todo ello, la cooperación internacional y la solidaridad siguen siendo piezas clave para proteger a las personas en mayor situación de vulnerabilidad.
Luchar contra la pandemia es también luchar contra la pobreza
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miércoles, 13 noviembre 2024