Es el país menos desarrollado y con peores indicadores sociales del mundo. El 42% de la población vive en niveles extremos de pobreza y de este el 83% se encuentra en las áreas rurales.
Con 900.000 habitantes, Yibuti acoge en estos momentos a casi 28.000 personas refugiadas de varios países como el Yemen, Somalia, Eritrea o Etiopía.
La crisis alimentaria actual que presenta el país responde a factores estructurales, como el elevado nivel de pobreza, una alta dependencia económica externa, la fluctuación de los mercados en el acceso y disponibilidad de los alimentos (más del 90% son importados) y un clima árido que comporta graves sequías cíclicas y que reduce drásticamente el nivel productivo agrícola y ganadero.

