Texto e imágenes: Albert Oromí

El mes de agosto de 2019, al finalizar mi participación en la Brigada de Solidaridad de Colombia organizada por la Associació Catalana per la Pau y la Fundació Pau y Solidaritat de CCOO, marché hacia el norte del país, concretamente a la región de Magdalena Medio, una de las zonas más fuertemente afectadas por el conflicto armado a lo largo de las últimas décadas.

Allí pude visitar el proyecto cooperativo Ecobúfalo Campesino, que ha permitido a los campesinos y campesinas de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC-RAN) salir de la pobreza y ver garantizado su derecho a la alimentación sin tener que depender de la hoja de coca.

Esta iniciativa comunitaria se inició en 2000, cuando ACVC-RAN apostó por la cría y recría de búfalas como alternativa innovadora dentro del marco de la sustitución de cultivos de uso ilícito: se entregaban diez búfalas y un macho a cada familia campesina socia y, cuando criaban, las búfalas eran devueltas y traspasadas a otra familia, y así sucesivamente.

La finca de recría se ubica en la vereda de Puerto Matilde, perteneciente al municipio de Yondó (Antioquía). Allá pude ver y conocer de primera mano el proceso de elaboración del queso de búfala y el método que aplican al cultivo de arroz, así como la línea de investigación que se lleva a cabo para la transformación de plantas aromáticas en productos cosméticos y que cuenta con la colaboración de la Universidad de Bucaramanga.

También visité la tienda que la organización tiene en Barrancabermeja, a través de la cual comercializan la carne directamente a los consumidores sin tener que pasar por ningún intermediario.

En la actualidad, el proyecto dispone de diferentes líneas de producción agroecológica e investigación que han permitido fortalecerlo y consolidarlo. En 2014, recibió el premio de la Corporación Ventures al mejor proyecto emprendedor en la categoría de erradicación del hambre y la pobreza.

La Associació Catalana per la Pau colabora con Ecobúfalo Campesino desde el año 2015, con diferentes acciones financiadas por la Obra Social La Caixa orientadas a impulsar la economía de las familias campesinas: por un lado, mediante la formación, asesoría y capacitación en producción y emprendimiento, y, por otro, con la implementación de prácticas agroecológicas.

Según Xavier Cutillas, presidente de la entidad catalana, el proyecto promueve “los derechos sociales y económicos de hombres y mujeres que durante años han sufrido el conflicto armado, la exclusión social y la inseguridad económica y alimentaria, a la vez que fomenta la economía campesina, priorizando a jóvenes y mujeres”.

Desde mi perspectiva y experiencia, se trata de un ejemplo exitoso de cooperación internacional basado en la apuesta por el empoderamiento y la autogestión campesina.

Otro mundo es posible. Construyámoslo (también) desde abajo.

Ecobúfalo

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