Texto: Mariona Tarrats y Anna Enrech / Imagen: Anna Enrech
El secretario general de la ONG nigerina HED Tamat hace un balance del impacto del golpe de estado militar en Níger medio año después de que el jefe de la Guardia Presidencial se autoproclamara jefe de estado del país
El 26 de julio de 2023, el hasta entonces presidente del Níger, Mohamed Bazoum, fue destituido por el general y jefe de la Guardia Presidencial, Abdourahamane Tchiani, que lideró un golpe de estado militar y se autodenominó jefe de estado del país. Esta insurrección militar se llevó a cabo bajo la premisa de que había que reforzar la seguridad en Níger y poner punto final a la insurgencia de grupos vinculados al yihadismo. Pero la vulnerabilización de la población civil sigue al alza, y en 2023 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) situaba a Níger en el último lugar del Índice de Desarrollo Humano.
Mohamed Akser es el secretario general de la ONG nigerina Homme Environnement Développement (HED Tamat), una organización que trabaja desde 1999 en el país para apoyar a la población en su empoderamiento, mediante proyectos que giran entorno la sanidad, la educación, la seguridad alimentaria e hídrica y los derechos de las mujeres. Desde HED Tamat trabajan en la capital del país, Niamey, y en las regiones de Agadez, Maradi, Tahoua, Tillaberi y Zinder.
Akser es originario de Agadez, donde nació en 1956. Agadez es la ciudad más grande del norte del Níger, y está situada en la última región antes de la frontera con Libia y Argelia, en el desierto del Sáhara. Su situación geográfica la convierte en una ciudad de cruce y de tránsito migratorio: un puente entre Magreb y África Occidental. Desde su trabajo directamente vinculado con la población civil y su empoderamiento, Mohamed Akser hace un balance de las sanciones que el golpe de estado ha comportado en el país y los impactos directos que ha tenido sobre su gente.
¿Cuáles son las causas que motivaron el golpe de estado del 26 de julio?
En Níger, desde 2014 hay mucha inseguridad. Se debe al hecho de que, desde entonces, los grupos vinculados al yihadismo que estaban en Mali han entrado poco a poco a nuestro país, y han alterado todos los sistemas sociales. Estos grupos reclutan gente de las comunidades más marginalizadas de la sociedad, y esto hace que sean vulnerables a los llamamientos de estos grupos. La situación es muy compleja, y la población civil es la que más sufre las consecuencias. Dentro de este panorama y de la ‘desprotección’ de la población, ha habido el golpe de estado militar: han intervenido la escena política y lo han justificado bajo la mala gobernanza en general y poner freno al terrorismo.
Ahora ya hace seis meses que los militares están en el poder. ¿Qué consecuencias ha tenido hasta el momento?
La principal consecuencia es que las organizaciones regionales a las cuales pertenece Níger han tomado graves sanciones económicas contra nosotros. Actualmente, el banco del Níger no tiene dinero, y no hay ni recursos para pagar los sueldos de la población. Además, los militares también han cerrado las fronteras comerciales, y el país queda aislado porque no tiene puerto. Todo lo que tenemos de primera necesidad nos llega a través de los puertos de los países vecinos, y ahora tenemos grandes dificultades para encontrar productos alimentarios de primera necesidad. A todo esto, se le suma que muchos países con los cuales cooperamos, como los Estados Unidos, Francia o la Unión Europea en sí, también han cortado relación con Níger. De hecho, los militares franceses que estaban en nuestro país para hacer frente al alzamiento de los grupos vinculados al yihadismo, se han retirado. Pero los militares y las organizaciones internacionales de los estados, como la Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste (CEDEAO) y la Unión Monetaria del África del Oeste, han empezado a negociar y esperamos que se vea reflejado pronto.
Níger ocupó cabeceras internacionales durante los días después del golpe de estado, pero ahora los medios de comunicación ya no cubren tanto el país como entonces. ¿Dirías que, actualmente, Níger está en las agendas internacionales?
Al principio del golpe de estado se hablaba mucho porque Europa y Occidente contaban con Níger para frenar a los grupos terroristas. Había golpes de estado en Mali, en Guinea y en Burkina Faso, y nosotros éramos el único país democrático de la zona. El golpe de estado fue inesperado y es por eso que generó tanto ruido. Puede ser que ahora la única prensa que cubra un poco nuestro país sea la de Francia, por excolonia y por la retirada de las tropas.
¿Cómo se ha recibido la retirada militar de Francia?
Nosotros vemos a los franceses como colonos. Con la independencia de 1960 no tuvimos una independencia total porque, por ejemplo, el dinero que utilizamos viene desde Francia, es una moneda de herencia colonial. Las empresas francesas también se han quedado en el país, y esto se percibe como una explotación. La población cada vez más denuncia que continuamos bajo un régimen colonial, porque Francia es quien decide prácticamente todo lo que afecta a Níger. Dentro de la ONU también estamos bajo la influencia de Francia.
¿El gobierno militar fruto del golpe de estado puede influir en esta situación?
Pienso que con los militares podría ser que se parara la dominación de Francia, porque ya han empezado a desmantelar varias cuestiones. Pero hace falta que haya una alianza o cooperación de igual a igual, que los dos bandos encuentren un punto común pero sin ningún tipo de explotación. Aun así, sería muy difícil llegar a un acuerdo, porque las empresas siempre tienen los medios de explotación a la población más débil.
Níger también es conocido por ser un punto estratégico en cuanto al tránsito migratorio en la región del África Occidental.
Casi la mayoría de las personas migrantes que empiezan su trayecto desde algún punto del África Occidental pasan por Agadez. Es una ciudad estratégica para cruzar el desierto del Sáhara e ir a Libia o Argelia, y así después poder atravesar el mar. Tengamos en cuenta que Argelia cada semana rechaza 500.000 personas migrantes que intentan entrar al país, sea cual sea su nacionalidad, y las deja en la frontera, en el desierto entre Argelia y Níger. Es por eso que, Agadez, se ha convertido en una ciudad de migrantes. Aparte, también en Agadez, hay una economía que se desarrolla en torno a estas migraciones: hay gente que se dedica a cobrar a las personas migrantes para ofrecerles alojamiento o hacerles transporte. En 2015 el gobierno aprobó una ley que prohibía todas las actividades comerciales relacionadas con las migraciones, pero los militares la han anulado, y no sabemos cómo seguirá la situación.
¿Qué papel toma la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en la zona?
La OIM ha venido a Agadez y ha instalado campos de personas refugiadas. Ponen todas las personas migrantes en campos todas juntas, y a veces pueden estar entre 500 y 600 personas en una casa de 500 metros cuadrados. Es una mala organización del flujo migratorio por su parte.
¿Qué afectaciones específicas tiene el contexto social en Níger sobre las mujeres?
Las mujeres son las más afectadas por la pobreza y las más vulnerabilizadas, sus derechos son reconocidos pero no se aplican. Generalmente, no han podido ir a la escuela, es ahora que empiezan a ir y esto es una oportunidad para que empiece a haber igualdad con los hombres. Una de las causas que hemos identificado desde la ONG donde trabajo y que hace que las chicas abandonen la escuela, es la llegada de la primera menstruación. Ellas no saben qué es porque no se habla en las familias, es un tabú. Por eso desde la organización hemos hecho unos ‘kits de dignidad’ que tanto las chicas, como las familias y profesorado han apreciado mucho. Esto las ayuda a no exponerse y poder seguir con los estudios.
Según los datos publicados por el Banco Mundial, en 2022 Níger tenía una tasa de alfabetización del 38% de la población. ¿Qué acciones desarrolláis desde HED Tamat para rebatir esta situación?
Trabajamos sobre todo en la construcción de infraestructuras de centros escolares. En Níger, el 80% del profesorado son personas que tienen diplomas de educación, pero que no han estudiado para ser profesores. Aun así, tienen que trabajar de docentes por la falta profesorado. Una de las acciones concretas que intentamos promover es la lectura: llevamos libros a las escuelas, ayudamos a los pueblos a construir escuelas para los niños y niñas desplazadas y pedimos al estado que traslade profesorado allá donde falte. Paralelamente, también hacemos trabajo de sensibilización y cohesión social en otros ejes. Para la cultura de la paz, la ciudadanía responsable y sobre el medio ambiente para generar una mejor adaptación al cambio climático. Actualmente, calculamos que nuestro trabajo llega a entre dos y tres millones de personas, puesto que trabajamos en cinco regiones del Níger.
Mohamed Akser visitó Barcelona a finales de diciembre del 2023 en el marco de una gira de incidencia política organizada por la Associació Catalana per la Pau, con el objetivo de situar la actualidad nigerina a la agenda internacional y trabajar conjuntamente en los proyectos que desarrollan en terreno.
Esta entrevista se publicó originalmente en El Salto Diario.
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miércoles, 13 noviembre 2024