Los movimientos campesinos y las organizaciones de mujeres de la región del Mediterráneo denuncian desde hace tiempo los efectos de la crisis climática sobre la agricultura, como la carencia de acceso a la tierra, a los recursos hídricos y la carencia de políticas efectivas para hacer frente a estas problemáticas. Con esto, los días 8 y 9 de mayo organizamos unas jornadas de diálogo para abordar estas cuestiones.

Campesinos y campesinas y otros actores de la sociedad civil de Palestina, Egipto, Jordania, Túnez, Siria y Catalunya se reunieron con la voluntad de fortalecer los vínculos regionales e internacionales entre las organizaciones, y definir una agenda común que suponga un plan de acción futuro.

Concretamente, las organizaciones que participaron de las jornadas son  Palestinian Farmer’s Union (Palestina), Arab Beekeepers Union (Egipto), New Women’s Foundation (Egipto), la Unión de Cooperativas del Mundo Árabe (Siria), UNMAGRI (Túnez), Al Raffed Agricult Association (Jordania), la Unió de Pagesos, la Federació Catalana de Cooperatives Agràries de Catalunya, la Fundació Solidaritat UB y L’Olivera Cooperativa.

A lo largo de la jornada del día 8, celebrada en el CaixaForum Macaya de Barcelona, los ejes temáticos que se trataron fueron en torno al medio ambiente y el cambio climático, los movimientos campesinos y de mujeres, y se anotaron soluciones técnicas, políticas y económicas de la agricultora ante la crisis climática.

Desde Palestinian Farmer’s Union (PFU), Rula A.I Kamal empezó apuntando que existe una gran incertidumbre ante el escenario de los próximos años en relación a la sequía, y que este fenómeno es una problemática que en los territorios ocupados se intensifica debido a las consecuencias derivadas de la ocupación israelí. Abbas Milhem, también de PFU, añadió que “hace falta elevar la consciencia social y generar influencias en las agendas políticas regionales e internacionales con el objetivo de rebatir los efectos del cambio climático. Los agricultores pagan el precio de lo que han hecho las grandes corporaciones, y es necesario intervenir a nivel de prácticas y presionar a los lobbys para generar influencias en los próximos encuentros de carácter global”.

Khaked Kazaal, representante de la Unión de Cooperativas del Mundo Árabe, destacó la importancia de la colaboración conjunta en la región del Mediterráneo, la cual aseguraba que tendrá efectos muy positivos, tanto a nivel regional como global. “Los problemas de suministro derivados de la guerra de Ucrania han agraviado la crisis alimentaria y evidencian la interrelación entre la alimentación, la economía y la política”.

Por su parte, Mai Saleh de New Women’s Foundation, destacó que las mujeres se han convertido en las principales víctimas de los efectos del cambio climático, y si bien esta problemática es vigente desde hace años, sus efectos se han acelerado últimamente. Se ha acentuado la desertificación, los cambios ecológicos y las alteraciones de las temporadas de lluvias. “El cambio climático no es una crisis pasajera, sino que apunta a una problemática estructural y asentada a nivel global”.

Antonina Torrens, investigadora y parte de la Fundació Solidaritat UB, expuso que “a nivel de recursos, la tierra y el agua son insuficientes, y si bien los países mediterráneos no contribuimos tanto al cambio climático, sufrimos sus consecuencias”. También destacó la importancia de la soberanía alimentaria, hídrica y energética, y la necesidad de volver a soluciones más pequeñas, de ámbito local y descentralizadas para conseguir soberanía.

Paralelamente, Salomó Torres, representante de la Unió de Pagesos, señaló que se perpetúan dinámicas como la carencia de relevo generacional, la carencia de acceso al valor añadido, la falta de acceso a los recursos naturales; no solo al agua, sino también en la tierra y en la tecnología. Además, identificó tres crisis urgentes provocadas por el modelo productivo actual: la crisis climática, la crisis alimentaria, y la crisis energética.

Para clausurar la jornada, el último eje temático que se trató fue en torno a las instituciones catalanas y su trabajo respecto al cambio climático. Participaron representantes de la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament, del Ajuntament de Barcelona, y del Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya.

El día 9, la jornada se celebró en Santa Coloma de Gramenet, en el Campus Torribera de la Universitat de Barcelona. Se centró en definir una agenda común de trabajo, que suponga un plan de acción de cara al futuro de las organizaciones participantes.

“Hay que trabajar a partir de dos ejes importantes: retos y problemas. Hay que articular una respuesta conjunta a las problemáticas actuales”, destacaba Abbas Milhem, de Palestinian Farmer’s Union.

Estas jornadas son fruto del trabajo conjunto de la Associació Catalana per la Pau con Palestinian Farmer’s Union, y con la colaboración de la Fundació Solidaritat UB y L’Olivera Cooperativa. Cuentan con el apoyo de la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament.

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