Desde el 8 de octubre de 2023, Israel comete de manera continuada crímenes de guerra y de genocidio en Palestina y en el Líbano, con bombardeos indiscriminados contra la población civil que no cumplen con los convenios internacionales. Un año después del inicio de estos ataques, la situación humanitaria en el Líbano presenta niveles críticos.
El país arrastra desde 2019 una profunda crisis económica, política y social, herencia de un proceso histórico de privatización, corrupción y de un régimen político sectario. La moneda local ha perdido más de un 95% de su valor, provocando niveles de hiperinflación y aumentando las tasas de pobreza y pobreza extrema. Además, desde 2011, es el país del mundo con mayor concentración de personas refugiadas tanto per cápita como por kilómetro cuadrado (1 de cada 5 personas que vive en el Líbano es refugiada siria y 1 de cada 4 es refugiada).
Con un estado fallido y una carencia de recursos públicos para los sectores sanitario, de educación o infraestructuras básicas (electricidad, agua, gestión de residuos, etc.), la capacidad de respuesta ante la situación actual de emergencia por parte del gobierno libanés es muy limitada. Es esencial, por lo tanto, que la solidaridad internacional apoye a las organizaciones humanitarias, sanitarias y de la sociedad civil que están asistiendo a las necesidades de la población desplazada y a las víctimas de los ataques.
Por este motivo, desde la Associació Catalunya-Líban, la Associació Catalana per la Pau, la Fundació ACSAR y la Fundació Flama se ha impulsado una campaña de ayuda humanitaria en solidaridad con las personas desplazadas internamente de un extremo al otro del territorio libanés. Los fondos que se recauden con esta iniciativa se destinarán al Socorro Popular Libanés (SPL), una organización con 50 años de experiencia desarrollando actuaciones de acción humanitaria en contexto de guerra, conflicto y emergencias.
Desde un primer momento, los equipos especializados del SPL han estado ofreciendo una respuesta de emergencia integral y coordinada través de su red de de atención médica y social. Por un lado, en los 22 centros sanitarios de atención primaria operativos en las regiones se proporciona atención médica y curas a personas con heridas leves y enfermedades crónicas. De la otra, en el Hospital de Nabatieh, al sur del país, se atienen pacientes que necesitan intervenciones quirúrgicas complejas y equipos especializados. Primordialmente, hacen falta más suministros médicos, ambulancias, combustible para los generadores de electricidad y alimentos para los pacientes.
En paralelo a la tarea sanitaria, el SPL realiza actuaciones de acogida a personas desplazadas, en los siete centros con capacidad para 1.000 familias que tiene en funcionamiento. Aquí las necesidades consisten fundamentalmente en conseguir alimentos, agua potable y productos de primera necesidad (mantas, colchones, productos de higiene, gas butano, hornillos, etc.). En estos centros colectivos también se realizan revisiones médicas para niños, gente mayor, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas.
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(ilustración: Nadine Feghaly)